Cuando se contemplan las ganaderías políticas que pueden gobernar España, uno tiembla de miedo ¿A quien votar? ¿A quien elegir para que tomen en sus manos el timón de España? ¿Al PP que nos esclaviza, al radical de Pedro Sánchez, que nos promete el pozo sin fondo de una alianza radical con el neocomunismo de Podemos, expertos en el desguace de España, a Ciudadanos, un partido confuso, confundido y contradictorio, al que nadie le ha visto su alma verdadera, a los nacionalistas, siempre ávidos de más poder y dinero, llenos de odio y cien veces capaces de descuartizar España?
La mayor condena de los españoles no es tener gobiernos incapaces y corruptos, sino no tener esperanza.
Todos incumplen sus promesas electorales, todos conviven con la corrupción o la patrocinan, todos se financian ilegalmente, todos desprecian al ciudadano, todos desconocen la democracia, todos gobiernan como si tuvieran un cheque en blanco en el bolsillo, todos carecen de sentido del servicio, todos están reñidos con los grandes valores, todos parecen dispuestos a enriquecerse con la política, todos huyen del sacrificio y del servicio.
La derecha se comporta como izquierda y la izquierda como derecha. La ideología ha desaparecido de los partidos y la única fe que profesan es la del poder y el dinero. A los partidos políticos ya no se ingresa para servir al pueblo, sino para hacer carrera. Es, sin duda, el camino más fácil hacia la gloria.
¿Donde encontrar la virtud? ¿Hacia donde se dirige España? ¿Es ésto la confirmación de la tesis de Platón, según la cual después de la democracia siempre llegan la oligocracia y la tiranía? ¿Acaso no estamos ya en una tiranía camuflada?
No hay separación de poderes, la Justicia está politizada, la ley no es igual para todos, la riqueza pasa desde las clases medias y trabajadoras a las élites, hasta el punto de que los cien españoles más ricos tienen ya más dinero que la mitad de la población más pobre.
Y, según los socialistas, la esperanza es Susana, una mujer que preside una autonomía suscrita, desde hace décadas, a la corrupción, el atraso y el clientelismo más denso e insoportable, donde apenas es posible sobrevivir si no se cuenta con el apoyo del poder socialista. Es la comunidad que se empeña en mantener, desde la arrogancia y la soberbia, un impuesto tan claramente injusto y anticonstitucional como el de Sucesiones y Donaciones, manteniendo sin pudor la flagrante injusticia de que heredar en Andalucía sea cien veces más costoso que heredar en Madrid o en Canarias. Desde el "Susanato" se viola la Constitución, que exige igualdad de los españoles ante las leyes, sin que ocurra nada en este país podrido.
La situación de España es tan dramática que si alguien te dice a la cara que "Susana es lo menos malo", quizás no tengas argumentos para rebatir esa terrible tesis.
¿Donde están la esperanza y la ilusión, que siempre fueron la guia y el faro de los pueblos?
Francisco Rubiales
La mayor condena de los españoles no es tener gobiernos incapaces y corruptos, sino no tener esperanza.
Todos incumplen sus promesas electorales, todos conviven con la corrupción o la patrocinan, todos se financian ilegalmente, todos desprecian al ciudadano, todos desconocen la democracia, todos gobiernan como si tuvieran un cheque en blanco en el bolsillo, todos carecen de sentido del servicio, todos están reñidos con los grandes valores, todos parecen dispuestos a enriquecerse con la política, todos huyen del sacrificio y del servicio.
La derecha se comporta como izquierda y la izquierda como derecha. La ideología ha desaparecido de los partidos y la única fe que profesan es la del poder y el dinero. A los partidos políticos ya no se ingresa para servir al pueblo, sino para hacer carrera. Es, sin duda, el camino más fácil hacia la gloria.
¿Donde encontrar la virtud? ¿Hacia donde se dirige España? ¿Es ésto la confirmación de la tesis de Platón, según la cual después de la democracia siempre llegan la oligocracia y la tiranía? ¿Acaso no estamos ya en una tiranía camuflada?
No hay separación de poderes, la Justicia está politizada, la ley no es igual para todos, la riqueza pasa desde las clases medias y trabajadoras a las élites, hasta el punto de que los cien españoles más ricos tienen ya más dinero que la mitad de la población más pobre.
Y, según los socialistas, la esperanza es Susana, una mujer que preside una autonomía suscrita, desde hace décadas, a la corrupción, el atraso y el clientelismo más denso e insoportable, donde apenas es posible sobrevivir si no se cuenta con el apoyo del poder socialista. Es la comunidad que se empeña en mantener, desde la arrogancia y la soberbia, un impuesto tan claramente injusto y anticonstitucional como el de Sucesiones y Donaciones, manteniendo sin pudor la flagrante injusticia de que heredar en Andalucía sea cien veces más costoso que heredar en Madrid o en Canarias. Desde el "Susanato" se viola la Constitución, que exige igualdad de los españoles ante las leyes, sin que ocurra nada en este país podrido.
La situación de España es tan dramática que si alguien te dice a la cara que "Susana es lo menos malo", quizás no tengas argumentos para rebatir esa terrible tesis.
¿Donde están la esperanza y la ilusión, que siempre fueron la guia y el faro de los pueblos?
Francisco Rubiales
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