"La Casta. Así se han convertido en intocables los políticos italianos" es el título del libro que ya ha conseguido vender casi un millón de ejemplares en Italia, cifra insólita para un ensayo político. El que probablemente será el libro político más vendido de la historia de Italia describe sin pasión y con credibilidad los poderes, abusos, derroches y privilegios de la casta política italiana.
Hay que leer el libro para darse cuenta hasta donde está llegando la locura de los políticos en muchas democracias occidentales. Después de leerlo, uno duda si Stalin, Mao, Nerón, Napoleón, Dario el Grande o los faraones del antiguo Egipto fueron capaces de crear sistemas tan corruptos, ineficientes, absurdos y derrochadores.
Aviones del Estado que, según los documentos, vuelan 37 horas diarias, siempre dispuestos para llevar a ministros, diputados y senadores a cualquier fiesta privada, aunque sea en París; edificios parlamentarios alquilados para albergar cuadras de caballos; reembolsos electorales de los partidos 180 veces superiores al dinero realmente gastado; una administración inutil que crece imparablemente año tras año y que, en algunos casos, ha multiplicado por trece sus efectivos y gastos; gobernadores provinciales italianos que gastan en relaciones públicas doce veces más que el presidente de la República de Alemania; el alcalde de un pueblo de 91 habitantes que se ha adjudicado un sueldo igual al que cobra el alcalde de una ciudad de 250.000 habitantes; y una batería de anecdotas verídicas y comprobadas que reflejan el abuso del poder, el esperpento de una clase política despilfarradora e inutil casi tan costosa como la Administración de los Estados Unidos, preñada de coches oficiales, pisos gratuitos y corrupción a raudales.
El libro, escrito por los periodistas Antonio G. Stella y Sergio Rizzo sin pasión, sin apenas opiniones y sin distinguir entre un partido político y otro, sólo utilizando datos fiables e investigados, es un documento de lectura obligada para cualquier demócrata occidental porque su mayor acierto es que describe la política italiana con pasmosa naturalidad, descubriendo que lo que ha ocurrido en Italia no es un fenómeno extraño sino una tendencia del sistema que tarde o temprano puede llegar a países como España, Francia, Portugal, Alemania y otros.
La tesis central del libro, no escrita en sus páginas pero que se deduce con claridad meridiana de la lectura, es que los políticos de las mal lamadas democracias occidentales son una casta enquistada en el poder, cuyos miembros no tienen que rendir cuentas ante nadie y que han sido tan desleales que han expropiado la empresa que les empleaba (el Estado) a sus legítimos propietarios (los ciudadanos), a los que no sólo han robado sino que también esquilman ahora, cada aó, con impuestos crecientes e innecesarios, destinados a pagarse sus lujos, privilegios y caprichos de emperadores enloquecidos.
Los libreros hablan sorprendidos por el éxito del libro y afirman que muchos clientes compran diez ejemplares para regalarlos a los amigos y familiares porque dicen que "así hacemos patria". También cuentan el caso de empresas que han decidido regalar el libro a todos sus clientes esta Navidad.
En las cartas y comentarios publicados en la prensa pueden leerse cosas insólitas. Uno dice "Questo libro non parla dei politici, parla della nostra società; è un atto di accusa contro tutti noi" (Este libro no habla de políticos, habla de nuestra sociedad; es una acusación contra todos nosotros); otro afirma que "Se potessi comprerei 70.000.000 di copie di questo libro, e lo distribuirei gratis anche ai nascituri" (Si pudiera, compraría setenta millones de ejemplares de este libro y lo regalaría incluso a los recien nacidos).
Hay que leer el libro para darse cuenta hasta donde está llegando la locura de los políticos en muchas democracias occidentales. Después de leerlo, uno duda si Stalin, Mao, Nerón, Napoleón, Dario el Grande o los faraones del antiguo Egipto fueron capaces de crear sistemas tan corruptos, ineficientes, absurdos y derrochadores.
Aviones del Estado que, según los documentos, vuelan 37 horas diarias, siempre dispuestos para llevar a ministros, diputados y senadores a cualquier fiesta privada, aunque sea en París; edificios parlamentarios alquilados para albergar cuadras de caballos; reembolsos electorales de los partidos 180 veces superiores al dinero realmente gastado; una administración inutil que crece imparablemente año tras año y que, en algunos casos, ha multiplicado por trece sus efectivos y gastos; gobernadores provinciales italianos que gastan en relaciones públicas doce veces más que el presidente de la República de Alemania; el alcalde de un pueblo de 91 habitantes que se ha adjudicado un sueldo igual al que cobra el alcalde de una ciudad de 250.000 habitantes; y una batería de anecdotas verídicas y comprobadas que reflejan el abuso del poder, el esperpento de una clase política despilfarradora e inutil casi tan costosa como la Administración de los Estados Unidos, preñada de coches oficiales, pisos gratuitos y corrupción a raudales.
El libro, escrito por los periodistas Antonio G. Stella y Sergio Rizzo sin pasión, sin apenas opiniones y sin distinguir entre un partido político y otro, sólo utilizando datos fiables e investigados, es un documento de lectura obligada para cualquier demócrata occidental porque su mayor acierto es que describe la política italiana con pasmosa naturalidad, descubriendo que lo que ha ocurrido en Italia no es un fenómeno extraño sino una tendencia del sistema que tarde o temprano puede llegar a países como España, Francia, Portugal, Alemania y otros.
La tesis central del libro, no escrita en sus páginas pero que se deduce con claridad meridiana de la lectura, es que los políticos de las mal lamadas democracias occidentales son una casta enquistada en el poder, cuyos miembros no tienen que rendir cuentas ante nadie y que han sido tan desleales que han expropiado la empresa que les empleaba (el Estado) a sus legítimos propietarios (los ciudadanos), a los que no sólo han robado sino que también esquilman ahora, cada aó, con impuestos crecientes e innecesarios, destinados a pagarse sus lujos, privilegios y caprichos de emperadores enloquecidos.
Los libreros hablan sorprendidos por el éxito del libro y afirman que muchos clientes compran diez ejemplares para regalarlos a los amigos y familiares porque dicen que "así hacemos patria". También cuentan el caso de empresas que han decidido regalar el libro a todos sus clientes esta Navidad.
En las cartas y comentarios publicados en la prensa pueden leerse cosas insólitas. Uno dice "Questo libro non parla dei politici, parla della nostra società; è un atto di accusa contro tutti noi" (Este libro no habla de políticos, habla de nuestra sociedad; es una acusación contra todos nosotros); otro afirma que "Se potessi comprerei 70.000.000 di copie di questo libro, e lo distribuirei gratis anche ai nascituri" (Si pudiera, compraría setenta millones de ejemplares de este libro y lo regalaría incluso a los recien nacidos).
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