La abstención es el gran enemigo de todas las formaciones políticas que se presentan a estas elecciones porque son el fundamento de la deslegitimación del sistema. Los que argumentan que la abstención favorece a unos o a otros lo hacen desde el punto de vista técnico del modo en que los resultados les hacen tener mas o menos escaños en función de la formula electoral que hace que votando mas o votando menos los escaños a repartir pueden beneficiar a distintas formaciones sin reparar en otros aspectos.
Pero la abstención nunca se puede medir como un elemento técnico sin tener en cuenta su factor ético porque lo que realmente es la abstención es una toma de posición ética frente a un sistema fracasado y lo que busca es deslegitimarlo, lo secundario es si técnicamente eso beneficia o favorece a determinadas formaciones, eso no se lo pregunta esa gran mayoría abstencionista porque no entra en su toma de posición, su objetivo es la deslegitimación del sistema y otras lecturas son tendenciosas y solo buscan el voto para una u otra formación política.
La mejor manera de ver como funciona una democracia real es poniéndola en práctica y eso lo podemos ver desde hace décadas con todas sus formaciones funcionando dentro del sistema. En el gobierno, la oposición, gobiernos y oposición autonómicos, locales etc...Demasiado tiempo para ver como todas las organizaciones que forman parte del sistema han quedado en entredicho por su nefasta, pésima y delictiva gestión de nuestros recursos. Desde partidos a sindicatos y patronal hasta instituciones como la propia Justicia que no ha sabido detectar la enorme corrupción del sistema, lo cual las invalida y las declara inservibles para la administración de los recursos de los ciudadanos.
Ya no se trata de este o aquel partido, se trata de que unas élites están al servicio de la comunidad financiera que es la que dicta e impone las leyes que luego han de interpretar los jueces. El poder ejecutivo queda subordinado a esos poderes fácticos financieros y el papel de los ciudadanos ya no es elegir sino ratificar las políticas en las que no ha participado, después lo único que puede hacer es volver a su papel como espectador porque no tiene ninguna participación en el sistema. Lo suyo es, insisto, ratificar lo que otros hacen y luego explican mediante un procedimiento manipulado para que lo siga aceptando.
El camino de los demócratas implica la lucha constante y a veces la derrota pero ofrece recompensas muy superiores a todo lo que puedan ofrecernos los partidos del sistema que es permanecer en él con unos mínimos cambios de maquillaje. La verdadera democracia es la de los ciudadanos, no la de los partidos y hoy los ciudadanos se van a manifestar con la abstención, lo cual quiere decir que no van a legitimar a este sistema que los ha abandonado a su suerte y lo seguirá haciendo. Lo que se pide con la abstención es el derecho de los ciudadanos a tomar las riendas del sistema y a moldearlo respecto a sus intereses porque todo ciudadano demócrata lo que quiere es una democracia real, una democracia de ciudadanos, no una democracia al servicio de los lobbys financieros y de los grandes especuladores globales. Se pide y se exige que la democracia vuelva a tener como elemento fundamental al ciudadano. Esto no lo vamos a delegar en ningún partido, esto lo vamos a exigir deslegitimando a este sistema que ha fracasado y lo vamos a llevar a cabo con la abstención: el único elemento deslegitimador de un sistema corrupto y obsoleto que entre las opciones de elegir entre ciudadanos y estafadores eligió esta última.
Carlos RH
Pero la abstención nunca se puede medir como un elemento técnico sin tener en cuenta su factor ético porque lo que realmente es la abstención es una toma de posición ética frente a un sistema fracasado y lo que busca es deslegitimarlo, lo secundario es si técnicamente eso beneficia o favorece a determinadas formaciones, eso no se lo pregunta esa gran mayoría abstencionista porque no entra en su toma de posición, su objetivo es la deslegitimación del sistema y otras lecturas son tendenciosas y solo buscan el voto para una u otra formación política.
La mejor manera de ver como funciona una democracia real es poniéndola en práctica y eso lo podemos ver desde hace décadas con todas sus formaciones funcionando dentro del sistema. En el gobierno, la oposición, gobiernos y oposición autonómicos, locales etc...Demasiado tiempo para ver como todas las organizaciones que forman parte del sistema han quedado en entredicho por su nefasta, pésima y delictiva gestión de nuestros recursos. Desde partidos a sindicatos y patronal hasta instituciones como la propia Justicia que no ha sabido detectar la enorme corrupción del sistema, lo cual las invalida y las declara inservibles para la administración de los recursos de los ciudadanos.
Ya no se trata de este o aquel partido, se trata de que unas élites están al servicio de la comunidad financiera que es la que dicta e impone las leyes que luego han de interpretar los jueces. El poder ejecutivo queda subordinado a esos poderes fácticos financieros y el papel de los ciudadanos ya no es elegir sino ratificar las políticas en las que no ha participado, después lo único que puede hacer es volver a su papel como espectador porque no tiene ninguna participación en el sistema. Lo suyo es, insisto, ratificar lo que otros hacen y luego explican mediante un procedimiento manipulado para que lo siga aceptando.
El camino de los demócratas implica la lucha constante y a veces la derrota pero ofrece recompensas muy superiores a todo lo que puedan ofrecernos los partidos del sistema que es permanecer en él con unos mínimos cambios de maquillaje. La verdadera democracia es la de los ciudadanos, no la de los partidos y hoy los ciudadanos se van a manifestar con la abstención, lo cual quiere decir que no van a legitimar a este sistema que los ha abandonado a su suerte y lo seguirá haciendo. Lo que se pide con la abstención es el derecho de los ciudadanos a tomar las riendas del sistema y a moldearlo respecto a sus intereses porque todo ciudadano demócrata lo que quiere es una democracia real, una democracia de ciudadanos, no una democracia al servicio de los lobbys financieros y de los grandes especuladores globales. Se pide y se exige que la democracia vuelva a tener como elemento fundamental al ciudadano. Esto no lo vamos a delegar en ningún partido, esto lo vamos a exigir deslegitimando a este sistema que ha fracasado y lo vamos a llevar a cabo con la abstención: el único elemento deslegitimador de un sistema corrupto y obsoleto que entre las opciones de elegir entre ciudadanos y estafadores eligió esta última.
Carlos RH
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