La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, abogó el 24 de mayo de 2012 por eliminar totalmente las subvenciones a partidos políticos, sindicatos y patronales, "y que queden reducidas a cero", dentro de las nuevas medidas de ahorro presupuestario. Con esa apuesta política, Esperanza Aguirre se gana un poco de más odio por parte de la izquierda y más respeto por parte de los españoles que, cansados del abuso de los partidos políticos y de las violaciones reiteradas de las reglas de la democracia, ansían que España se regenere y acceda, por fin, a la verdadera democracia de hombres y mujeres libres.
En el pleno celebrado ese día en el Parlamento regional, Aguirre respondió así al portavoz del Grupo Parlamentario de IU, Gregorio Gordo, que preguntó a la presidenta sobre los resultados del Consejo de Política Fiscal y Financiera respecto a la Comunidad. En la respuesta afirmó también sentirse muy lejos de ese concepto de que el dinero público "no es de nadie", defendido por la izquierda española.
En el pasado, la presidenta de Madrid propuso otras medidas que conectan con los deseos y anhelos de los demócratas españoles, como el retorno al gobierno central de algunas competencias básicas que hoy están en manos de las autonomías, el control férreo del gasto autonómico, mano dura frente al abuso del nacionalismo excluyente y una apuesta por impuestos cada vez más bajos para empresarios y ciudadanos.
Otra de sus propuestas recientes, la de suspender la final de la copa del rey de fútbol, si los nacionalistas profanaban el himno y otros símbolos comunes de los españoles con pitos y hostilidades, también fue del agrado de los regeneracionistas españoles, cansados de tanto abuso del nacionalismo excluyente e indepedentista vasco y catalán.
Su petición de que sean eliminadas todas las subvenciones a los partidos políticos, sindicatos y organizaciones patronales es ya un clamor en España, al que Rajoy, los socialistas y los nacionalistas han decidido cerrar sus oídos para quebrar así la voluntad política de los ciudadanos.
Numerosos demócratas españoles sienten rechazo ante ciertas actitudes autoritarias de Esperanza Aguirre, pero, esos mismos ciudadanos se sienten cada día más identificados con muchas de sus propuestas y actitudes políticas valientes, más próximas a la democracia y a la decencia que las que defienden los partidos políticos españoles con representación parlamentaria, incluido, por supuesto, sus colegas del PP de Rajoy.
En el pleno celebrado ese día en el Parlamento regional, Aguirre respondió así al portavoz del Grupo Parlamentario de IU, Gregorio Gordo, que preguntó a la presidenta sobre los resultados del Consejo de Política Fiscal y Financiera respecto a la Comunidad. En la respuesta afirmó también sentirse muy lejos de ese concepto de que el dinero público "no es de nadie", defendido por la izquierda española.
En el pasado, la presidenta de Madrid propuso otras medidas que conectan con los deseos y anhelos de los demócratas españoles, como el retorno al gobierno central de algunas competencias básicas que hoy están en manos de las autonomías, el control férreo del gasto autonómico, mano dura frente al abuso del nacionalismo excluyente y una apuesta por impuestos cada vez más bajos para empresarios y ciudadanos.
Otra de sus propuestas recientes, la de suspender la final de la copa del rey de fútbol, si los nacionalistas profanaban el himno y otros símbolos comunes de los españoles con pitos y hostilidades, también fue del agrado de los regeneracionistas españoles, cansados de tanto abuso del nacionalismo excluyente e indepedentista vasco y catalán.
Su petición de que sean eliminadas todas las subvenciones a los partidos políticos, sindicatos y organizaciones patronales es ya un clamor en España, al que Rajoy, los socialistas y los nacionalistas han decidido cerrar sus oídos para quebrar así la voluntad política de los ciudadanos.
Numerosos demócratas españoles sienten rechazo ante ciertas actitudes autoritarias de Esperanza Aguirre, pero, esos mismos ciudadanos se sienten cada día más identificados con muchas de sus propuestas y actitudes políticas valientes, más próximas a la democracia y a la decencia que las que defienden los partidos políticos españoles con representación parlamentaria, incluido, por supuesto, sus colegas del PP de Rajoy.
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