Los políticos españoles, acostumbrados a mentir y a engañar a los ciudadanos, ocultan el dato vergonzoso y terrible de que España supera ya los nueve millones de pobres. Cáritas acaba de publicar el dato: son nueve millones las personas que viven en España con menos de 6.800 euros al año, nada menos que el 16.6 por ciento de la población. A pesar del extraordinario crecimiento de la economía española en los últimos quince años, el número de pobres no ha descendido en ese tiempo, lo que significa que la riqueza se ha distribuido mal y que la mayor parte del botín ha sido para los ricos. Ahora, por causa de la crisis, la pobreza en España tiende a crecer espectacularmente.
Mientras tanto, Zapatero y sus adláteres, con mentalidad hortera de nuevos ricos, no paran de exhibir por el mundo la riqueza de España. Para que le inviten a la reunión que los líderes mundiales celebrarán en Washington, el 15 de noviembre, Zapatero repite que "somos la octava economía del planeta", una mentira más porque en realidad somos la número once. Por su parte, Carme Chacón, ministra de defensa, ha diche en el Chad que "somos el octavo país más rico del mundo", otra falsedad mayúscula porque en riqueza real estamos muy cerca del lugar treinta.
La última encuesta de Cáritas sobre el índice de pobreza en España es una bofetada a la mentira política practicada con terquedad por el poder político y una llamada de atención a la conciencia de una ciudadanía integrada mayoritariamente por cobardes y desinformados que son incapaces de exigir a sus dirigentes o de rebelarse ante el engaño y el mal gobierno.
Cáritas informa que los comedores sociales se desbordan y cada día son más visibles allí un nuevo tipo de persona que hasta hace poco viví bien, pero que ahora, con la crisis, ha caído en las redes de la pobreza. Acuden los de siempre (ancianos, viudas, jubilados, inmigrantes, personas con enfermedades crónicas... pero también las víctimas de la crisis: ciudadanos de clase media, familias a las que la pérdida del empleo de uno o de varios de sus miembros obliga a acudir a los comedores sociales gratuitos que dependen de esta organización católica.
He acudido a uno de esos comedores en Sevilla para observar el nuevo fenómeno in situ. Los he visto dignamente vestidos y muy tristes, un poco avergonzados como si la necesidad fuera un estigma, heridos en lo más íntimo por una pobreza que desconocían.
Desde que he visto esos rostros en el comedor social, cada vez que escucho a los socialistas del poder político exhibiendo la riqueza de España me dan ganas de vomitar. Deberían hablar también de sus grandes "logros" como gobierno de izquierdas: la distancia que separa a ricos y pobres en España no para de agrandarse, la gente se siente cada día más insegura; la legión de los pobres es cada día más numerosa; la desigualdad avanza imparable; el desprestigio y el desprecio a los políticos es cada día mayor; la corrupción se adueña de la sociedad...
Mientras tanto, Zapatero y sus adláteres, con mentalidad hortera de nuevos ricos, no paran de exhibir por el mundo la riqueza de España. Para que le inviten a la reunión que los líderes mundiales celebrarán en Washington, el 15 de noviembre, Zapatero repite que "somos la octava economía del planeta", una mentira más porque en realidad somos la número once. Por su parte, Carme Chacón, ministra de defensa, ha diche en el Chad que "somos el octavo país más rico del mundo", otra falsedad mayúscula porque en riqueza real estamos muy cerca del lugar treinta.
La última encuesta de Cáritas sobre el índice de pobreza en España es una bofetada a la mentira política practicada con terquedad por el poder político y una llamada de atención a la conciencia de una ciudadanía integrada mayoritariamente por cobardes y desinformados que son incapaces de exigir a sus dirigentes o de rebelarse ante el engaño y el mal gobierno.
Cáritas informa que los comedores sociales se desbordan y cada día son más visibles allí un nuevo tipo de persona que hasta hace poco viví bien, pero que ahora, con la crisis, ha caído en las redes de la pobreza. Acuden los de siempre (ancianos, viudas, jubilados, inmigrantes, personas con enfermedades crónicas... pero también las víctimas de la crisis: ciudadanos de clase media, familias a las que la pérdida del empleo de uno o de varios de sus miembros obliga a acudir a los comedores sociales gratuitos que dependen de esta organización católica.
He acudido a uno de esos comedores en Sevilla para observar el nuevo fenómeno in situ. Los he visto dignamente vestidos y muy tristes, un poco avergonzados como si la necesidad fuera un estigma, heridos en lo más íntimo por una pobreza que desconocían.
Desde que he visto esos rostros en el comedor social, cada vez que escucho a los socialistas del poder político exhibiendo la riqueza de España me dan ganas de vomitar. Deberían hablar también de sus grandes "logros" como gobierno de izquierdas: la distancia que separa a ricos y pobres en España no para de agrandarse, la gente se siente cada día más insegura; la legión de los pobres es cada día más numerosa; la desigualdad avanza imparable; el desprestigio y el desprecio a los políticos es cada día mayor; la corrupción se adueña de la sociedad...
Comentarios: