Numerosos medios de comunicación españoles otorgan hoy credibilidad a la acusación lanzada por el Partido Popular (PP), principal partido de la oposición española, según la cual el gobierno del PSOE ha lanzado una campaña para destruir al PP, utilizando ilícitamente medios del Estado, concretamente al Ministerio del Interior y las fuerzas del orden, un comportamiento repugnante y ajeno a la democracia.
El PP culpó ayer al Gobierno, y en particular al Ministerio de Interior y la Fiscalía, de las filtraciones de los 'pinchazos' policiales en los que uno de los jefes de la 'trama Gürtel', Álvaro Pérez 'El Bigotes', asegura que ha regalado costosos bolsos a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá. En una nota de dureza extrema, la formación opositora afirma que «resulta especialmente intolerable que el Ministerio de Interior sea quien esté inmerso en casos tan flagrantes de vulneración de los derechos fundamentales y de abuso perverso de los instrumentos con los que cuenta un Estado Derecho». Los populares llegan a denunciar una campaña para nada menos que «aniquilar» su organización «usando para ello los instrumentos del Estado».
La acusación contra el PSOE de Zapatero tiene credibilidad mediática en España porque acabar con la oposición y perpetuarse en el poder es la primera obsesión, desde que es secretario general del PSOE, de José Luis Rodríguez Zapatero, cuya concepción personal de la democracia es vulgar y truculenta.
Para acosar, debilitar y quizás también "exterminar" a la oposición, Zapatero no ha dudado en utilizar cualquier método, desde el pacto con los demás partidos políticos, incluso con aquellos situados en las antípodas ideológicas, para aislar al PP, hasta la mentira y el uso del dinero público para ganar voluntades políticas y debilitar a la derecha, sin descartar las acusaciones graves recién lanzadas, según las cuales utiliza también los datos de la Fiscalía del Estado y de la policía judicial para desacreditar a la oposición, un comportamiento propio de dictaduras, no de democracias.
En un artículo recientemente publicado, el prestigioso profesor universitario Alfonso Lazo, antiguo secretario general del socialismo sevillano, acusa a Zapatero precisamente de negar a la derechad española, representada por el PP, a la que califica de "facha", el derecho a la alternancia, sin la cual no puede haber democracia.
El PP culpó ayer al Gobierno, y en particular al Ministerio de Interior y la Fiscalía, de las filtraciones de los 'pinchazos' policiales en los que uno de los jefes de la 'trama Gürtel', Álvaro Pérez 'El Bigotes', asegura que ha regalado costosos bolsos a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá. En una nota de dureza extrema, la formación opositora afirma que «resulta especialmente intolerable que el Ministerio de Interior sea quien esté inmerso en casos tan flagrantes de vulneración de los derechos fundamentales y de abuso perverso de los instrumentos con los que cuenta un Estado Derecho». Los populares llegan a denunciar una campaña para nada menos que «aniquilar» su organización «usando para ello los instrumentos del Estado».
La acusación contra el PSOE de Zapatero tiene credibilidad mediática en España porque acabar con la oposición y perpetuarse en el poder es la primera obsesión, desde que es secretario general del PSOE, de José Luis Rodríguez Zapatero, cuya concepción personal de la democracia es vulgar y truculenta.
Para acosar, debilitar y quizás también "exterminar" a la oposición, Zapatero no ha dudado en utilizar cualquier método, desde el pacto con los demás partidos políticos, incluso con aquellos situados en las antípodas ideológicas, para aislar al PP, hasta la mentira y el uso del dinero público para ganar voluntades políticas y debilitar a la derecha, sin descartar las acusaciones graves recién lanzadas, según las cuales utiliza también los datos de la Fiscalía del Estado y de la policía judicial para desacreditar a la oposición, un comportamiento propio de dictaduras, no de democracias.
En un artículo recientemente publicado, el prestigioso profesor universitario Alfonso Lazo, antiguo secretario general del socialismo sevillano, acusa a Zapatero precisamente de negar a la derechad española, representada por el PP, a la que califica de "facha", el derecho a la alternancia, sin la cual no puede haber democracia.
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