España no es un paraíso fiscal, pero si es algo peor: uno de los mejores destinos del mundo para el dinero sucio, el que escapa de la ley, el que manejan las peores mafias, procedente de la droga, de la trata de blancas, del saqueo y de la corrupción política y económica.
El dinero limpio apenas llega a España, donde la corrupción, los impuestos y la arbitrariedad de los poderes generan desconfianza y desaconsejan invertir, pero por la falta de controles y la ausencia de exigencias éticas, sí llega el dinero mas sucio y delictivo, que se siente seguro y que se invierte en deuda pública, propiedades inmobiliarias y negocios de todo tipo, principalmente en los relacionados con el turismo y la hostelería.
Ninguno de los grandes medios de comunicación se atreve a decirlo, pero España, reino de comisiones y mordidas clandestinas, después del saqueo de las cajas de ahorros y de la gran estafa de las participaciones preferentes, rezuma inseguridad jurídica y espanta al dinero decente y legal.
El dinero limpio comenzó a retirarse de España después de la nacionalización de RUMASA por los socialistas y se fue en masa después de que Banesto fuera arrebatado a Mario Conde y entregado al banquero Botín. Pero España supo suplir la huida del dinero legal abriendo las puertas para el dinero mas sucio, en especial el que manejan los cárteles y las mafias.
Consciente de la mala fama que tiene España en los circuitos inversionistas limpios, el gobierno de Rajoy está haciendo todo tipo de gestiones para captar dinero legal. Una de las operaciones mas brillantes fue la inversión del multimillonario Bill Gates, dueño de Microsoft (113.5 millones de euros), en la empresa FCC, publicitada hasta la saciedad por los medios adictos al poder por tratarse de una operación altamente beneficiosa para potenciar la imagen de España como tierra de inversiones lipias.
El dato que demuestra con mas certeza que España es el país de Europa más atractivo para el capital sucio es la proliferación de billetes de 500 euros. España es sede de casi uno de cada tres en circulación en toda la UE.
Los fondos buitres y los fondos mas opacos y sospechosos del planeta están invirtiendo en deuda española y en gangas inmobiliarias y empresariales. Otro de los síntomas reveladores es que España es un país extrañamente rico en colecciones de arte poco publicitadas y de numismática, además de ser uno de los países donde mas se atesora el oro puro. El enorme alcance de la economía sumergida en España, calculada conservadoramente en poco mas del 25 por ciento del PIB, es otro factor que ayuda al movimiento del dinero sucio y procedente del crimen. Por último, otro rasgo que facilita el libre movimiento de los delincuentes y de su dinero en España es que la Hacienda dedica casi tres cuartas partes de sus recursos a investigar a las pymes y a los particulares, si apenas indagar entre los millonarios y el dinero sospechoso, una injusticia que también demuestra la escasa moralidad y decencia de la clase política española.
Los políticos del gobierno de Rajoy hablan con frecuencia de recuperación de la inversión extranjera, pero nunca dicen que se trata principalmente de una invasión de dinero cargado de suciedad y delito.
El dinero limpio apenas llega a España, donde la corrupción, los impuestos y la arbitrariedad de los poderes generan desconfianza y desaconsejan invertir, pero por la falta de controles y la ausencia de exigencias éticas, sí llega el dinero mas sucio y delictivo, que se siente seguro y que se invierte en deuda pública, propiedades inmobiliarias y negocios de todo tipo, principalmente en los relacionados con el turismo y la hostelería.
Ninguno de los grandes medios de comunicación se atreve a decirlo, pero España, reino de comisiones y mordidas clandestinas, después del saqueo de las cajas de ahorros y de la gran estafa de las participaciones preferentes, rezuma inseguridad jurídica y espanta al dinero decente y legal.
El dinero limpio comenzó a retirarse de España después de la nacionalización de RUMASA por los socialistas y se fue en masa después de que Banesto fuera arrebatado a Mario Conde y entregado al banquero Botín. Pero España supo suplir la huida del dinero legal abriendo las puertas para el dinero mas sucio, en especial el que manejan los cárteles y las mafias.
Consciente de la mala fama que tiene España en los circuitos inversionistas limpios, el gobierno de Rajoy está haciendo todo tipo de gestiones para captar dinero legal. Una de las operaciones mas brillantes fue la inversión del multimillonario Bill Gates, dueño de Microsoft (113.5 millones de euros), en la empresa FCC, publicitada hasta la saciedad por los medios adictos al poder por tratarse de una operación altamente beneficiosa para potenciar la imagen de España como tierra de inversiones lipias.
El dato que demuestra con mas certeza que España es el país de Europa más atractivo para el capital sucio es la proliferación de billetes de 500 euros. España es sede de casi uno de cada tres en circulación en toda la UE.
Los fondos buitres y los fondos mas opacos y sospechosos del planeta están invirtiendo en deuda española y en gangas inmobiliarias y empresariales. Otro de los síntomas reveladores es que España es un país extrañamente rico en colecciones de arte poco publicitadas y de numismática, además de ser uno de los países donde mas se atesora el oro puro. El enorme alcance de la economía sumergida en España, calculada conservadoramente en poco mas del 25 por ciento del PIB, es otro factor que ayuda al movimiento del dinero sucio y procedente del crimen. Por último, otro rasgo que facilita el libre movimiento de los delincuentes y de su dinero en España es que la Hacienda dedica casi tres cuartas partes de sus recursos a investigar a las pymes y a los particulares, si apenas indagar entre los millonarios y el dinero sospechoso, una injusticia que también demuestra la escasa moralidad y decencia de la clase política española.
Los políticos del gobierno de Rajoy hablan con frecuencia de recuperación de la inversión extranjera, pero nunca dicen que se trata principalmente de una invasión de dinero cargado de suciedad y delito.
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