Nadie habla de ello, pero la gran revolución moderna, junto con la Revolución Industrial, ha sido la Revolución de los Mediocres, una gigantesca confabulación de gente sin grandeza ni méritos que ha tomado el poder y está convirtiendo el mundo en un basurero.
Los mejores hombres y mujeres no tienen hoy cabida en esos partidos políticos controlados por mediocres. Si tipos como Julio César, Viriato, Gonzálo Fernández de Córdoba o Napoleón pidieran hoy el carné del PSOE, del PP o de IU, pronto serían expulsados o les relegarían para siempre, haciendo fotocopias. Los mediocres odian a la gente con valor porque se sienten acomplejados ante la grandeza y sólo se sienten a gusto ante otros que sean todavía mas mediocres y torpes que ellos.
Hoy, en un mundo dominado por los mediocres, a los políticos no se les exige nada, ni siquiera que tengan formación, principios o valores. Se exigen certificados de buena conducta y de preparación académica para ocupar puestos secundarios, pero a la presidencia de un gobierno puede llegar un canalla medio analfabeto. Es la política diseñada al gusto de los mediocres, una verdadera bazofia dañina para la humanidad y la civilización.
La huella miserable de los mediocres no solo se ha hecho sentir en la política sino que ha invadido la religión, las artes, la ciencia y otras disciplinas de la vida. Los valores han sido masacrados y han desaparecido conceptos claves en el planeta religioso, como la lucha entre el bien y el mal. Para los mediocres, el bien y el mal son parecidos y ninguno de ellos sabe distinguir fácilmente la línea que los separa. Los grandes mensajes religiosos, como el amor y sacrificio de Jesucristo ("Toma tu cruz y sígueme" y "Ama al prójimo como a ti mismo"), a los mediocre les trae al pairo porque la grandeza no tiene cabida en sus mezquinos mundos.
La mentira sustituye a la verdad, la democracia es suplantada por dictaduras encubiertas de partidos políticos, los valores son masacrados, conviven con la corrupción sin pudor, jamás piden perdón a los ciudadanos, a los que desprecian, nunca dimiten, se enriquecen ilícitamente, son arbitrarios, funcionan como una mafia, cobran impuestos abusivos, despilfarran, se endeudan sin conocimiento y se creen con derecho a aplastar a todo el que les impida ejercer su dominio. Son los mediocres en acción, les seres mas peligrosos del planeta, por desgracia para todos, dueños del poder y de nuestro destino.
El actual rechazo y hasta odio de los ciudadanos a los políticos es la consecuencia directa de la dictadura de los mediocres. A pesar de que las verdades se ocultan y son encubiertas por los cómplices de la mediocridad política, la gente percibe que está siendo gobernada por gente sin valores, por tipos vulgares sin ética ni grandeza, que siempre anteponen sus intereses al bien común.
La gente cree que los políticos son malos y corruptos porque los peores han tomado el poder, pero desconocen que todo se debe a que los mediocres han realizado con éxito su pequeña gran revolución y han tomado el poder, amparados en su inmenso número, llenando la sociedad de vulgaridad y escoria.
Los mejores hombres y mujeres no tienen hoy cabida en esos partidos políticos controlados por mediocres. Si tipos como Julio César, Viriato, Gonzálo Fernández de Córdoba o Napoleón pidieran hoy el carné del PSOE, del PP o de IU, pronto serían expulsados o les relegarían para siempre, haciendo fotocopias. Los mediocres odian a la gente con valor porque se sienten acomplejados ante la grandeza y sólo se sienten a gusto ante otros que sean todavía mas mediocres y torpes que ellos.
Hoy, en un mundo dominado por los mediocres, a los políticos no se les exige nada, ni siquiera que tengan formación, principios o valores. Se exigen certificados de buena conducta y de preparación académica para ocupar puestos secundarios, pero a la presidencia de un gobierno puede llegar un canalla medio analfabeto. Es la política diseñada al gusto de los mediocres, una verdadera bazofia dañina para la humanidad y la civilización.
La huella miserable de los mediocres no solo se ha hecho sentir en la política sino que ha invadido la religión, las artes, la ciencia y otras disciplinas de la vida. Los valores han sido masacrados y han desaparecido conceptos claves en el planeta religioso, como la lucha entre el bien y el mal. Para los mediocres, el bien y el mal son parecidos y ninguno de ellos sabe distinguir fácilmente la línea que los separa. Los grandes mensajes religiosos, como el amor y sacrificio de Jesucristo ("Toma tu cruz y sígueme" y "Ama al prójimo como a ti mismo"), a los mediocre les trae al pairo porque la grandeza no tiene cabida en sus mezquinos mundos.
La mentira sustituye a la verdad, la democracia es suplantada por dictaduras encubiertas de partidos políticos, los valores son masacrados, conviven con la corrupción sin pudor, jamás piden perdón a los ciudadanos, a los que desprecian, nunca dimiten, se enriquecen ilícitamente, son arbitrarios, funcionan como una mafia, cobran impuestos abusivos, despilfarran, se endeudan sin conocimiento y se creen con derecho a aplastar a todo el que les impida ejercer su dominio. Son los mediocres en acción, les seres mas peligrosos del planeta, por desgracia para todos, dueños del poder y de nuestro destino.
El actual rechazo y hasta odio de los ciudadanos a los políticos es la consecuencia directa de la dictadura de los mediocres. A pesar de que las verdades se ocultan y son encubiertas por los cómplices de la mediocridad política, la gente percibe que está siendo gobernada por gente sin valores, por tipos vulgares sin ética ni grandeza, que siempre anteponen sus intereses al bien común.
La gente cree que los políticos son malos y corruptos porque los peores han tomado el poder, pero desconocen que todo se debe a que los mediocres han realizado con éxito su pequeña gran revolución y han tomado el poder, amparados en su inmenso número, llenando la sociedad de vulgaridad y escoria.
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