Doscientos jueces de toda España han reprochado al gobierno de Rajoy en un manifiesto el indulto concedido a cuatro mossos d'esquadra condenados por torturas, para evitar su ingreso en prisión, por considerarlo un «fraude» y un «abuso» de la facultad de indulto, que «supone una afrenta al Poder Judicial» y a la misma democracia.
El indulto, en democracia, es una medida excepcional de gracia que concede el gobierno para reparar injusticias. En la mayoría de los países del mundo se indulta poco porque es un recurso que muchos consideran una puerta falsa para burlar la Justicia y beneficiar a los amigos del poder. Sin embargo, en España, donde el poder polítco ni respeta ni teme al pueblo, se abusa del indulto y se concede a una jauría de canallas que en cualquier otro lugar decente del planeta nunca serían perdonados.
El actual gobierno de Rajoy, en lo que va de año, ha indultado ya a 444 delincuentes, en su mayoría políticos corruptos, jueces prevaricadores, policías torturadores, narcotraficantes, ex golpistas del 23f, empresarios y ladrones de guante blanco. Desde 1977 se han indultado en España a 17.620 personas. La media anual ha sido de 480, pero Rajoy, si continúa con el rítmo actual, superará la media este año.
Cuenta Nacho Escolar en un estupendo artículo sobre el abuso de suicidios en España que "Los últimos industados en España han sido cuatro mossos de escuadra condenados por torturar a un ciudadano, al que confundieron con un atracador: asaltaron su casa, le detuvieron ilegalmente, le apalearon y le pusieron una pistola en la boca amenazando con disparar. La Justicia les condenó a cárcel, pero el Consejo de Ministros ha decidido indultarlos; lo ha hecho dos veces, para dejar claro quién manda, a pesar de que la Audiencia de Barcelona insistió en que debían ser encarcelados. Estos cuatro torturadores no solo no han pasado ni un solo día entre rejas, sino que siguen vistiendo el uniforme. Cualquier día se podrán cruzar con ellos por las calles de Barcelona."
Y agrega: "¿Hay impunidad ante los abusos policiales? Sí, es evidente: generalizada y sistemática. Es más fácil hallar en España a un torturador indultado -entre mossos, policías y guardias civiles condenados- que a uno que haya pisado la cárcel. ¿La razón? Que la mayor parte de las denuncias no se investigan, como critican Human Rights Watch y la ONU en sus informes sobre tortura en España. Que la mayor parte de las investigaciones que llegan al juzgado no prosperan. Y que cuando al fin hay una condena, en aquellos casos en los que las pruebas son palmarias, el Gobierno saca su último as de la manga y recurre al indulto: una figura legal tan abusiva, medieval y poco democrática como el derecho de pernada."
Durante la etapa de Zapatero (siete años) se concedieron 3.226 indultos en España, pero el record lo tiene Aznar, que indultó a 5.916 en ocho años. Los industados tenían un perfil similar (prevaricadores, torturadores, corruptos de todo pelaje y delincuentes de alto nivel), lo que indica que la derecha y la izquierda tiene un criterio similar sobre el indulto y los que merecen esa gracia especial.
En democracias auténticas y solventes, no tan degradadas y falsas como la española, se indulta mucho menos. Bush, durante sus ocho años de presidencia, indultó a 200 personas en Estados Unidos , mientras que el Inglaterra esa medida es todavía más excepcional y suele aplicarse a casos de injusticia, cuando el indultado ha pagado parte de su condena en la cárcel.
El último indulto de Zapatero, cuando ya era presidente en funciones, fue al consejero delegado del Banco de Santander, Alfredo Sáenz, una medida que generó cierto rechazo en la opinión pública española, que suele olvidar pronto y que ignora, de manera sistemática, el abuso del indulto que practican sus gobernantes y otros muchos atropellos del poder.
El indulto, en democracia, es una medida excepcional de gracia que concede el gobierno para reparar injusticias. En la mayoría de los países del mundo se indulta poco porque es un recurso que muchos consideran una puerta falsa para burlar la Justicia y beneficiar a los amigos del poder. Sin embargo, en España, donde el poder polítco ni respeta ni teme al pueblo, se abusa del indulto y se concede a una jauría de canallas que en cualquier otro lugar decente del planeta nunca serían perdonados.
El actual gobierno de Rajoy, en lo que va de año, ha indultado ya a 444 delincuentes, en su mayoría políticos corruptos, jueces prevaricadores, policías torturadores, narcotraficantes, ex golpistas del 23f, empresarios y ladrones de guante blanco. Desde 1977 se han indultado en España a 17.620 personas. La media anual ha sido de 480, pero Rajoy, si continúa con el rítmo actual, superará la media este año.
Cuenta Nacho Escolar en un estupendo artículo sobre el abuso de suicidios en España que "Los últimos industados en España han sido cuatro mossos de escuadra condenados por torturar a un ciudadano, al que confundieron con un atracador: asaltaron su casa, le detuvieron ilegalmente, le apalearon y le pusieron una pistola en la boca amenazando con disparar. La Justicia les condenó a cárcel, pero el Consejo de Ministros ha decidido indultarlos; lo ha hecho dos veces, para dejar claro quién manda, a pesar de que la Audiencia de Barcelona insistió en que debían ser encarcelados. Estos cuatro torturadores no solo no han pasado ni un solo día entre rejas, sino que siguen vistiendo el uniforme. Cualquier día se podrán cruzar con ellos por las calles de Barcelona."
Y agrega: "¿Hay impunidad ante los abusos policiales? Sí, es evidente: generalizada y sistemática. Es más fácil hallar en España a un torturador indultado -entre mossos, policías y guardias civiles condenados- que a uno que haya pisado la cárcel. ¿La razón? Que la mayor parte de las denuncias no se investigan, como critican Human Rights Watch y la ONU en sus informes sobre tortura en España. Que la mayor parte de las investigaciones que llegan al juzgado no prosperan. Y que cuando al fin hay una condena, en aquellos casos en los que las pruebas son palmarias, el Gobierno saca su último as de la manga y recurre al indulto: una figura legal tan abusiva, medieval y poco democrática como el derecho de pernada."
Durante la etapa de Zapatero (siete años) se concedieron 3.226 indultos en España, pero el record lo tiene Aznar, que indultó a 5.916 en ocho años. Los industados tenían un perfil similar (prevaricadores, torturadores, corruptos de todo pelaje y delincuentes de alto nivel), lo que indica que la derecha y la izquierda tiene un criterio similar sobre el indulto y los que merecen esa gracia especial.
En democracias auténticas y solventes, no tan degradadas y falsas como la española, se indulta mucho menos. Bush, durante sus ocho años de presidencia, indultó a 200 personas en Estados Unidos , mientras que el Inglaterra esa medida es todavía más excepcional y suele aplicarse a casos de injusticia, cuando el indultado ha pagado parte de su condena en la cárcel.
El último indulto de Zapatero, cuando ya era presidente en funciones, fue al consejero delegado del Banco de Santander, Alfredo Sáenz, una medida que generó cierto rechazo en la opinión pública española, que suele olvidar pronto y que ignora, de manera sistemática, el abuso del indulto que practican sus gobernantes y otros muchos atropellos del poder.
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