Los expertos se han sorprendido de que la solución del gobierno de Rajoy al déficit tarifario de la energía haya sido crear seis nuevos impuestos para recaudar mas, demostrando así su enfermiza obsesión recaudatoria, a pesar de que esa política hunde cada vez mas el consumo y la economía en general.
El de Rajoy es un gobierno irresponsable, de gatillo fácil y peligrosamente habituado a subir impuestos, una medida que es contraproducente para la economia porque destruye el consumo y agudiza la recesión.
Ese tipo de política intensamente recaudatoria no sólo esquilma al ciudadano y a las empresas, sino que es cada día más desaconsejada por los expertos economistas, que ven en ella una apuesta segura por la recesión y la ruina de los pueblos. Su utilización intensa, en el caso del actual gobierno español, es antidemocrática e inmoral, ya que el Partido Popular, en su campaña electoral, prometió bajar los impuestos y nunca subir el IVA, como ha hecho recientemente, lo que convierte su actual política en una estafa a sus votantes.
España es ya el país de Europa cuyos ciudadanos soportan, proporcionalmente, más impuestos y que recibe a cambio servicios de menor calidad. El grueso de los gastos del Estado se emplean en pagar sueldos y subvenciones a miles de instituciones y de personas que no son necesarias y qwue no aportan nada al bien común. Para mantener todo ese aparato, la presión fiscal es tan intensa que paraliza el consumo y genera pobreza e infelicidad. Los miembros del gobierno, con el presidente Rajoy a la cabeza, esgrimen, una y otra vez, el argumento de que las subidas de impuestos, como los recortes, son inevitables, una tesis falsa porque el gobierno podría haber conseguido grandes ahorros si hubiera desmantelado antes las miles de instituciones y empresas públicas innecesarias, creadas por la clase política para colocar a los amigos y familiares del poder o para fortalecer sus aparatos de propaganda y manipulación, como las costosas y superfluas televisiones públicas locales, regionales y nacionales.
La subida de impuestos es el recurso más fácil cuando un gobierno necesita dinero, pero también es la que denota mayor desprecio por el ciudadano, al que exprime y esquilma sin piedad. España es el país europeo que posee el Estado más grueso e irracional, con casi medio millón de políticos viviendo a cargo del presupuesto público, una cantidad que supera a los que tienen Alemania, Francia e Inglaterra juntas, todo un abuso que el gobierno de Rajoy no sólo no ha cortado de raíz sino que ha seguido alimentando a través de la colocación de miles de miembros de su partido en puestos públicos. De hecho, en algunos sectores del poder, el gobierno de Rajoy cuenta con más enchufados y asesores colocados que los que tenía el gobierno de Zapatero, un abuso lacerante e insoportable porque, en la campaña electoral que les llevó al poder, los populares prometieron reducir la administración y acabar con los abusos socialistas.
El de Rajoy es un gobierno irresponsable, de gatillo fácil y peligrosamente habituado a subir impuestos, una medida que es contraproducente para la economia porque destruye el consumo y agudiza la recesión.
Ese tipo de política intensamente recaudatoria no sólo esquilma al ciudadano y a las empresas, sino que es cada día más desaconsejada por los expertos economistas, que ven en ella una apuesta segura por la recesión y la ruina de los pueblos. Su utilización intensa, en el caso del actual gobierno español, es antidemocrática e inmoral, ya que el Partido Popular, en su campaña electoral, prometió bajar los impuestos y nunca subir el IVA, como ha hecho recientemente, lo que convierte su actual política en una estafa a sus votantes.
España es ya el país de Europa cuyos ciudadanos soportan, proporcionalmente, más impuestos y que recibe a cambio servicios de menor calidad. El grueso de los gastos del Estado se emplean en pagar sueldos y subvenciones a miles de instituciones y de personas que no son necesarias y qwue no aportan nada al bien común. Para mantener todo ese aparato, la presión fiscal es tan intensa que paraliza el consumo y genera pobreza e infelicidad. Los miembros del gobierno, con el presidente Rajoy a la cabeza, esgrimen, una y otra vez, el argumento de que las subidas de impuestos, como los recortes, son inevitables, una tesis falsa porque el gobierno podría haber conseguido grandes ahorros si hubiera desmantelado antes las miles de instituciones y empresas públicas innecesarias, creadas por la clase política para colocar a los amigos y familiares del poder o para fortalecer sus aparatos de propaganda y manipulación, como las costosas y superfluas televisiones públicas locales, regionales y nacionales.
La subida de impuestos es el recurso más fácil cuando un gobierno necesita dinero, pero también es la que denota mayor desprecio por el ciudadano, al que exprime y esquilma sin piedad. España es el país europeo que posee el Estado más grueso e irracional, con casi medio millón de políticos viviendo a cargo del presupuesto público, una cantidad que supera a los que tienen Alemania, Francia e Inglaterra juntas, todo un abuso que el gobierno de Rajoy no sólo no ha cortado de raíz sino que ha seguido alimentando a través de la colocación de miles de miembros de su partido en puestos públicos. De hecho, en algunos sectores del poder, el gobierno de Rajoy cuenta con más enchufados y asesores colocados que los que tenía el gobierno de Zapatero, un abuso lacerante e insoportable porque, en la campaña electoral que les llevó al poder, los populares prometieron reducir la administración y acabar con los abusos socialistas.
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