¿De qué se rien estos payasos?
Antes de golpear a España comportándose como pirata, el gobierno argentino descubrió que su "fechoría" quedaría impune porque la España dejada por Zapatero había conseguido desacreditarse mundialmente y quedarse sola, sin amigos, aliados ni simpatías en todo el planeta. Los argentinos, que son naturalmente tan ruidosos como cobardes, nunca se habrían atrevido con otro país que pudiera plantarles cara. Sabían que España, después de Zapatero, era una piltrafa abandonada e impotente.
Si en España hubiera verguenza Zapatero y sus colaboradores -Rubalcaba incluido- deberían estar debajo de una piedra y pidiendo perdón por lo que han hecho con España: desprestigiarla, arruinarla, despojarla y dejarla sola en el mundo.
Recordemos aquel cobarde abandono del escenario de Irak por nuestras tropas, sin previo aviso a los aliados, que nos despidieron haciéndonos el gesto de la gallina, merecidamente. Recordemos también aquellas arrogantes declaraciones de Zapatero, cuando afirmó sin pudor que habíamos sobrepasado a Italia y que pronto haríamos lo mismo con Francia y Alemania. ¿No nos acordamos del aislamiento de Zapatero en los grandes foros internacionales, de su apuesta incomprensible por ser amigo de piratas y sátrapas tan indeseables y totalitarios como los hermanos Castro, de Cuba, o el gorila rojo de Venezuela? Mejor no pensar en el ridículo mundial de aquel Zapatero que se humillaba como una babosa para obtener un saludo del presidente Bush, cargado de desprecio.
Quien siembra tormentas, recoge tempestades y el expolio de la "bolivariana" Cristinita, viuda negra de Argentina, no es otra cosa que el resultado de aquellos errores y del torpe y arrogante comportamiento de Zapatero, que no sólo consiguió arruinar a España llenándola de parados y nuevos pobres, sino que también nos dejó aislados, desprestigiados y sin amigos en el mundo.
La política exterior española durante el "Zapaterismo" fue una verdadera vergüenza. Casi el 90 por ciento de nuestra política externa se centraba en repartir dinero a manos llenas en países llamados "sensibles", donde España tenía intereses o conflictos larvados, como Marruecos, Argelia, Argentina, Cuba, Venezuela, Bolivia y otros, todos ellos con el denominador común del totalitarismo y el abuso de poder en sus clases dirigentes. Una buena parte de la ayuda canalizada por nuestra "Cooperación Internacional" ni siquiera llegaba a los pueblos y se quedaba en los bolsillos de las familias poderosas, los altos funcionarios de los estados receptores y de empresas y ONGs de amigos socialistas.
De aquellos lodos, llegaron estos barros. La factura que España ha pagado por haber elegido en las urnas a un mequetrefe como Zapatero es inmensa. Como represalia por el abandono cobarde de Irak, Estados Unidos nos cerró el paso hacia contratos de gran importancia, entre ellos el mantenimiento de la flota americana en el Mediterráneo, pactada con Aznar, y numerosos negocios de exportación, donde entraba en escena algún interés o tecnología norteamericana. El más famoso de aquellos negocios perdidos por culpa de la estupidez de Zapatero fue la venta de barcos y aviones a Venezuela. Pero hubo muchos más perdidos y Repsol, Telefónica y otras muchas grandes empresas españolas saben de ese asunto, aunque lo hayan mantenido en secreto.
Zapatero ha representado para España un desastre mucho peor que la pérdida de la Armada Invencible, en tiempos de Felipe II.
En tiempos de Aznar, España, consciente de que en Europa, a pesar de nuestra pertenencia a la Unión, teníamos más enemigos que amigos, sobre todo entre los grandes, empezando por Francia y Alemania y terminando por una Inglaterra que nos odia a muerte desde el siglo XIV, Aznar apostó por una alianza profunda con Estados Unidos y consiguió un aliado internacional de gran peso que transfería a España respeto y poder. Pero la izquierda, comandada por Zapatero, estigmatizó y ridiculizó aquella alianza, mintiendo y tachándola de belicista. Tras romper con Estados Unidos de manera osada, amarga e insensata, Zapatero tuvo que participar en más misiones de guerra que Aznar, pero sin obtener agradecimiento alguno a cambio, arrastrándose como una babosa para obtener tan solo una mirada del Imperio.
El balance fue demoledor: España utilizó a sus diplomáticos como mayordomos de lujo que repartían dinero y favores a gobiernos corruptos y desprestigiados, en nombre del Reino de España, mientras perdíamos amigos y nos ganábamos el desprecio de nuestros aliados.
Todo un desastre debido al expresidente Zapatero, condecorado por Rajoy y premiado, como si fuera un procer en lugar de un pobre diablo fracasado y dañino, con una oficina de lujo, un puesto en el Consejo de Estado y una lujosa pensión de por vida, todo ello pagado con los impuestos cuantiosos que los españoles, sus víctimas, tienen que pagar para sacar a España de la ruina en que la sumió el infausto, despilfarrador y lamentable ZP.
Si en España hubiera verguenza Zapatero y sus colaboradores -Rubalcaba incluido- deberían estar debajo de una piedra y pidiendo perdón por lo que han hecho con España: desprestigiarla, arruinarla, despojarla y dejarla sola en el mundo.
Recordemos aquel cobarde abandono del escenario de Irak por nuestras tropas, sin previo aviso a los aliados, que nos despidieron haciéndonos el gesto de la gallina, merecidamente. Recordemos también aquellas arrogantes declaraciones de Zapatero, cuando afirmó sin pudor que habíamos sobrepasado a Italia y que pronto haríamos lo mismo con Francia y Alemania. ¿No nos acordamos del aislamiento de Zapatero en los grandes foros internacionales, de su apuesta incomprensible por ser amigo de piratas y sátrapas tan indeseables y totalitarios como los hermanos Castro, de Cuba, o el gorila rojo de Venezuela? Mejor no pensar en el ridículo mundial de aquel Zapatero que se humillaba como una babosa para obtener un saludo del presidente Bush, cargado de desprecio.
Quien siembra tormentas, recoge tempestades y el expolio de la "bolivariana" Cristinita, viuda negra de Argentina, no es otra cosa que el resultado de aquellos errores y del torpe y arrogante comportamiento de Zapatero, que no sólo consiguió arruinar a España llenándola de parados y nuevos pobres, sino que también nos dejó aislados, desprestigiados y sin amigos en el mundo.
La política exterior española durante el "Zapaterismo" fue una verdadera vergüenza. Casi el 90 por ciento de nuestra política externa se centraba en repartir dinero a manos llenas en países llamados "sensibles", donde España tenía intereses o conflictos larvados, como Marruecos, Argelia, Argentina, Cuba, Venezuela, Bolivia y otros, todos ellos con el denominador común del totalitarismo y el abuso de poder en sus clases dirigentes. Una buena parte de la ayuda canalizada por nuestra "Cooperación Internacional" ni siquiera llegaba a los pueblos y se quedaba en los bolsillos de las familias poderosas, los altos funcionarios de los estados receptores y de empresas y ONGs de amigos socialistas.
De aquellos lodos, llegaron estos barros. La factura que España ha pagado por haber elegido en las urnas a un mequetrefe como Zapatero es inmensa. Como represalia por el abandono cobarde de Irak, Estados Unidos nos cerró el paso hacia contratos de gran importancia, entre ellos el mantenimiento de la flota americana en el Mediterráneo, pactada con Aznar, y numerosos negocios de exportación, donde entraba en escena algún interés o tecnología norteamericana. El más famoso de aquellos negocios perdidos por culpa de la estupidez de Zapatero fue la venta de barcos y aviones a Venezuela. Pero hubo muchos más perdidos y Repsol, Telefónica y otras muchas grandes empresas españolas saben de ese asunto, aunque lo hayan mantenido en secreto.
Zapatero ha representado para España un desastre mucho peor que la pérdida de la Armada Invencible, en tiempos de Felipe II.
En tiempos de Aznar, España, consciente de que en Europa, a pesar de nuestra pertenencia a la Unión, teníamos más enemigos que amigos, sobre todo entre los grandes, empezando por Francia y Alemania y terminando por una Inglaterra que nos odia a muerte desde el siglo XIV, Aznar apostó por una alianza profunda con Estados Unidos y consiguió un aliado internacional de gran peso que transfería a España respeto y poder. Pero la izquierda, comandada por Zapatero, estigmatizó y ridiculizó aquella alianza, mintiendo y tachándola de belicista. Tras romper con Estados Unidos de manera osada, amarga e insensata, Zapatero tuvo que participar en más misiones de guerra que Aznar, pero sin obtener agradecimiento alguno a cambio, arrastrándose como una babosa para obtener tan solo una mirada del Imperio.
El balance fue demoledor: España utilizó a sus diplomáticos como mayordomos de lujo que repartían dinero y favores a gobiernos corruptos y desprestigiados, en nombre del Reino de España, mientras perdíamos amigos y nos ganábamos el desprecio de nuestros aliados.
Todo un desastre debido al expresidente Zapatero, condecorado por Rajoy y premiado, como si fuera un procer en lugar de un pobre diablo fracasado y dañino, con una oficina de lujo, un puesto en el Consejo de Estado y una lujosa pensión de por vida, todo ello pagado con los impuestos cuantiosos que los españoles, sus víctimas, tienen que pagar para sacar a España de la ruina en que la sumió el infausto, despilfarrador y lamentable ZP.
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