La sucesión de subidas fiscales aprobadas por el Gobierno del Partido Popular, el mismo que prometió rebajar impuestos en su programa electoral, ha situado la presión tributaria sobre las empresas españolas en los niveles más altos de la Unión Europea, penalizando gravemente la competitividad de nuestros bienes y servicios y la creación de puestos de trabajo.
Una difícil situación que constata la oficina de estadísticas de la CE, Eurostat, en su informa anual Taxation Trends in the European Union 2013, en el que se evidencia que la proporción de ingresos aportados por las empresas españolas respecto a la totalidad de la recaudación fiscal -incluyendo todos los gravámenes y las cotizaciones a la Seguridad Social- es ocho puntos superior a la media de la UE. Mientras que la media europea de ingresos públicos que proceden del sector empresarial se sitúa en el 25 por ciento del total de la recaudación, en el caso de España ese porcentaje se eleva hasta el 33 por ciento.
Desglosando por cargas tributarias se observa como el tipo del 30 por ciento del Impuesto de Sociedades en España es el cuarto más alto de la UE, sólo superado por el 33,99 por ciento de Bélgica y el 33,33 y el 30,2 por ciento de Francia y Alemania, respectivamente.
También las cotizaciones sociales en España son las cuartas más elevadas de los 27 estados miembros de la Unión, con un importe pagado equivalente al 8,5 por ciento del PIB, sólo por detrás del 11,5 por ciento de Francia (aunque el presidente Hollande ya ha anunciado que las va a bajar), el 9,2 por ciento de Italia y el 8,5 por ciento de Finlandia
Esta carga fiscal que destacados dirigentes empresariales han calificado de “atraco” y de “abusiva”, es el eje sobre el que giran las propuestas de la CEOE para la reforma fiscal, que se recogen en un borrador de documento que fue entregado el miércoles a los miembros de la Junta Directiva y el Comité Ejecutivo de la patronal.
El objetivo del documento , que se presentará en las próximas semanas al Ministerio de Hacienda es concienciar al Ejecutivo sobre lea corrección de los cuatro grandes defectos que tiene nuestro actual sistema tributario y que, además de la elevada presión fiscal sobre las empresas, son : la complejidad y abundancia de normas dictadas con fines contradictorios; la falta de seguridad jurídica; y la descoordinación de las políticas tributarias centrales y autonómicas.
Por ello, y como primera medida la patronal española insta al Gobierno a cumplir “a la mayor brevedad posible” el compromiso asumido de proceder a una reducción de las contribuciones a la Seguridad Social, siguiendo las recomendaciones de la Unión Europea.
Por lo que respecta al Impuesto de Sociedades, y junto a una reducción de la complejidad de esta figura tributaria, las medidas que propone la CEOE se dirigen a: reducir al máximo los ajustes posibles en el resultado contable para reducir las bases imponibles; no aumentar la base imponible por medio de rendimientos ficticios; y eliminar las restricciones a la hora de la deducción de gastos financieros y la bases imponibles negativas.
Recuerda, además, que los pagos a cuenta del impuesto “suponen una carga financiera permanente para las empresas”, por lo que estima “imprescindible” que los pagos a cuenta “se regulen adecuadamente de manera que, en ningún caso, supongan un importe superior la cuota definitiva a pagar”.
Fuente: El Economista
Una difícil situación que constata la oficina de estadísticas de la CE, Eurostat, en su informa anual Taxation Trends in the European Union 2013, en el que se evidencia que la proporción de ingresos aportados por las empresas españolas respecto a la totalidad de la recaudación fiscal -incluyendo todos los gravámenes y las cotizaciones a la Seguridad Social- es ocho puntos superior a la media de la UE. Mientras que la media europea de ingresos públicos que proceden del sector empresarial se sitúa en el 25 por ciento del total de la recaudación, en el caso de España ese porcentaje se eleva hasta el 33 por ciento.
Desglosando por cargas tributarias se observa como el tipo del 30 por ciento del Impuesto de Sociedades en España es el cuarto más alto de la UE, sólo superado por el 33,99 por ciento de Bélgica y el 33,33 y el 30,2 por ciento de Francia y Alemania, respectivamente.
También las cotizaciones sociales en España son las cuartas más elevadas de los 27 estados miembros de la Unión, con un importe pagado equivalente al 8,5 por ciento del PIB, sólo por detrás del 11,5 por ciento de Francia (aunque el presidente Hollande ya ha anunciado que las va a bajar), el 9,2 por ciento de Italia y el 8,5 por ciento de Finlandia
Esta carga fiscal que destacados dirigentes empresariales han calificado de “atraco” y de “abusiva”, es el eje sobre el que giran las propuestas de la CEOE para la reforma fiscal, que se recogen en un borrador de documento que fue entregado el miércoles a los miembros de la Junta Directiva y el Comité Ejecutivo de la patronal.
El objetivo del documento , que se presentará en las próximas semanas al Ministerio de Hacienda es concienciar al Ejecutivo sobre lea corrección de los cuatro grandes defectos que tiene nuestro actual sistema tributario y que, además de la elevada presión fiscal sobre las empresas, son : la complejidad y abundancia de normas dictadas con fines contradictorios; la falta de seguridad jurídica; y la descoordinación de las políticas tributarias centrales y autonómicas.
Por ello, y como primera medida la patronal española insta al Gobierno a cumplir “a la mayor brevedad posible” el compromiso asumido de proceder a una reducción de las contribuciones a la Seguridad Social, siguiendo las recomendaciones de la Unión Europea.
Por lo que respecta al Impuesto de Sociedades, y junto a una reducción de la complejidad de esta figura tributaria, las medidas que propone la CEOE se dirigen a: reducir al máximo los ajustes posibles en el resultado contable para reducir las bases imponibles; no aumentar la base imponible por medio de rendimientos ficticios; y eliminar las restricciones a la hora de la deducción de gastos financieros y la bases imponibles negativas.
Recuerda, además, que los pagos a cuenta del impuesto “suponen una carga financiera permanente para las empresas”, por lo que estima “imprescindible” que los pagos a cuenta “se regulen adecuadamente de manera que, en ningún caso, supongan un importe superior la cuota definitiva a pagar”.
Fuente: El Economista
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