El gobierno de Rajoy pugna y confronta fuerzas internas para sacar adelante la nueva Ley del Emprendedor, una especie de "milagro" que, si uno creyera lo que dicen los políticos, servirá para recuperar la economía y crear el deseado empleo. Sin embargo, muchos tememos que la nueva ley sea otra trampa engañosa del gobierno, una medida inútil y condenada al fracaso porque ¿de qué sirve emprender si no hay demanda porque no hay dinero en la sociedad, ya que todo el dinero se lo lleva el Estado monstruoso e insaciable que han creado nuestros políticos para gloria propia y para poder vivir espléndidamente, de los fondos públicos, ellos y sus amigos y compañeros con carné de partido?.
"El emprendedor" es el mismo empresario de siempre, pero con otra palabra que atrae mas y suena mejor porque la izquierda ya se encargó en el pasado de "desprestigiar" a esos empresarios que han sido los únicos que supieron generar empleo y riqueza en la sociedad. Ahora van a potenciar al "Emprendedor" después de haber masacrado al "Empresario", asfixiándolo con impuestos insoportables, con una burocracia incomprensible y con un "estatus" marcado por el acoso, la marginación y el abuso de poder, incluyendo las inicuas e indecentes medidas de obligarles a ser recaudadores gratuitos de la Hacienda pública y de hacerles pagar el IVA de lo que facturan antes de que lo puedan cobrar.
Muchos españoles sospechan que el gobierno no quiere emprendedores sino dinero y que han inventado el termino "emprendedor" a sabiendas de que ese camino lleva a la ruina en una España sin dinero, sin demanda y sin esperanza ni alegría económica, únicamente para poder recaudar mas y mantener así los privilegios y ese horondo e injusto Estado, sin ciudadanos y sin decencia, que los políticos manejan en exclusiva. Tal vez de lo que se trata es de ver como se puede engañar a un parado desesperado para que se dé de alta en la Seguridad Social y Hacienda y así poder recaudar algo mas de dinero. A los políticos les da igual que las estadísticas digan que en la España actual mas del 80 por ciento de los emprendedores fracasarán con seguridad, no por falta de esfuerzo ni de inventiva y visión empresarial, sino porque no hay dinero en el mercado, ni clientes, ni ganas de gastar lo poco que este Estado aterrador y rufián ha dejado en manos de los ciudadanos.
Nos tememos que, en cuanto el gobierno tenga el DNI y su epígrafe de actividad económica, el parado, hasta entonces improductivo para la Hacienda pública, se convertirá en un nuevo sujeto-víctima al que los políticos pueden exprimir, al que se le obliga a pagar religiosamente sus impuestos (no como a los clubes de fútbol o a Ruiz Mateos, a los que se les perdona el pago de las cuotas), pudiéndoles ya embargar sus cuentas, la vivienda, etc.
Si Rajoy y sus recaudadores insaciables quisieran de verdad reactivar la economía y llenar España de emprendedores, sólo tendrían que aplicar la receta clásica e infalible de "dejar el dinero en el bolsillo de los ciudadanos", después de adelgazar un Estado que es tan injusto, predador y gigantesco que sólo beneficia a los políticos y que no puede ser financiado por una sociedad como la española, integrada por desempleados, pobres y gente asustada.
El miedo de los que temen que la futura ley del emprendedor sea una nueva trampa, está justificado a juzgar por la experiencia acumulada en la Historia reciente de España, en la que la clase política solo ha sido eficaz y eficiente a la hora de cobrar impuestos, tasas y cuotas, convirtiendo el resto en un caos, en un abuso injusto y antidemocrático y en una lamentable ruina.
"El emprendedor" es el mismo empresario de siempre, pero con otra palabra que atrae mas y suena mejor porque la izquierda ya se encargó en el pasado de "desprestigiar" a esos empresarios que han sido los únicos que supieron generar empleo y riqueza en la sociedad. Ahora van a potenciar al "Emprendedor" después de haber masacrado al "Empresario", asfixiándolo con impuestos insoportables, con una burocracia incomprensible y con un "estatus" marcado por el acoso, la marginación y el abuso de poder, incluyendo las inicuas e indecentes medidas de obligarles a ser recaudadores gratuitos de la Hacienda pública y de hacerles pagar el IVA de lo que facturan antes de que lo puedan cobrar.
Muchos españoles sospechan que el gobierno no quiere emprendedores sino dinero y que han inventado el termino "emprendedor" a sabiendas de que ese camino lleva a la ruina en una España sin dinero, sin demanda y sin esperanza ni alegría económica, únicamente para poder recaudar mas y mantener así los privilegios y ese horondo e injusto Estado, sin ciudadanos y sin decencia, que los políticos manejan en exclusiva. Tal vez de lo que se trata es de ver como se puede engañar a un parado desesperado para que se dé de alta en la Seguridad Social y Hacienda y así poder recaudar algo mas de dinero. A los políticos les da igual que las estadísticas digan que en la España actual mas del 80 por ciento de los emprendedores fracasarán con seguridad, no por falta de esfuerzo ni de inventiva y visión empresarial, sino porque no hay dinero en el mercado, ni clientes, ni ganas de gastar lo poco que este Estado aterrador y rufián ha dejado en manos de los ciudadanos.
Nos tememos que, en cuanto el gobierno tenga el DNI y su epígrafe de actividad económica, el parado, hasta entonces improductivo para la Hacienda pública, se convertirá en un nuevo sujeto-víctima al que los políticos pueden exprimir, al que se le obliga a pagar religiosamente sus impuestos (no como a los clubes de fútbol o a Ruiz Mateos, a los que se les perdona el pago de las cuotas), pudiéndoles ya embargar sus cuentas, la vivienda, etc.
Si Rajoy y sus recaudadores insaciables quisieran de verdad reactivar la economía y llenar España de emprendedores, sólo tendrían que aplicar la receta clásica e infalible de "dejar el dinero en el bolsillo de los ciudadanos", después de adelgazar un Estado que es tan injusto, predador y gigantesco que sólo beneficia a los políticos y que no puede ser financiado por una sociedad como la española, integrada por desempleados, pobres y gente asustada.
El miedo de los que temen que la futura ley del emprendedor sea una nueva trampa, está justificado a juzgar por la experiencia acumulada en la Historia reciente de España, en la que la clase política solo ha sido eficaz y eficiente a la hora de cobrar impuestos, tasas y cuotas, convirtiendo el resto en un caos, en un abuso injusto y antidemocrático y en una lamentable ruina.
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