Si partimos de la base de que el 99.9% somos idiotas da lo mismo la democracia que la meritocracia. En la tontocracia lo lógico es que gobernara un tonto, lo digo por el porcentaje de posibilidades dentro de un 99.9% de tontos y no porque no fueran capaces de votar al 0.1%, ya que de un tonto se puede esperar cualquier cosa menos lo inteligente.
Claro que el articulo nos hace reflexionar, vemos a diario quienes son nuestros representantes, quienes están al frente de esos aparatos de corrupción que son los partidos y vemos como se las apañan para que los mediocres estén en la cima y por tanto, la mediocridad ocupe la vida pública. El resultado no puede ser mas nefasto, la mayor tasa de paro de la OCDE, la mayor quiebra del sistema financiero, el mayor nivel de corrupción, los peores formados según el informe PISA etc... Pero ahí siguen porque les votamos.
Realmente la democracia se nos ha vendido como el gobierno de la mayoria, aquel que gana unas elecciones es el que hace y deshace. El mas tonto puede verse protegido frente a la critica mediante esa legitimidad que le otorga esa mayoría. Sin embargo, el resto del país no funciona como una democracia, las empresas no son democráticas, menos mal. Sus consejos de Administración no son expuestos a la votación de los accionistas ni de los trabajadores, sencillamente están los que se supone los mejores. En las fabricas las decisiones no las tomas por consenso, las toma el director de la fabrica, en cualquier deporte el consenso y la regla de la mayoria son perfectos desconocidos, salen a jugar los mejores, impera la regla de la meritocracia y por eso ganan los mejores. En cualquier ámbito de la vida donde se gana y se llega lejos no actúa la democracia, actúa la meritocracia.
Incluso en la propia democracia lo que se está poniendo de ejemplo es que el voto de un idiota y el voto de un premio nobel valen lo mismo ¿Que sistema que quiera alcanzar la perfección aguanta esto? Sin duda, la democracia es un sistema perfectamente inacabado y es ahí donde reside su grandeza porque nos permite construirlo día a día. Pero lo que entienden por democracia los actuales políticos es lo mas lejano a las tesis de los grandes defensores de la democracia. Una democracia débil y poco garantista es aquella que permite la autodestrucción de la propia democracia tal y como ocurrió con la democracia alemana que permitió que un tirano llegara al poder y la convirtiera en una maquina de terror. Por eso no debemos tener miedo a reforzar la democracia acabando con los conceptos buenistas que creen que la democracia debe ampararlo todo, admitir a sus enemigos, creer que los mas tontos tienen el mismo derecho que los mas listos y en definitiva caer en el igualitarismo que es el peor enemigo de la libertad y que hoy han traido de la mano los buenistas del régimen como dogma democrático en el que hay que creer ciegamente.
La democracia no admite perversiones de esa naturaleza, una democracia fuerte y duradera como la americana no contempla que a un asesino se le trate con paños calientes mientras que a la victima se la siente en el banquillo por protestar, una democracia fuerte no admite que una de sus regiones plantee un reto independentista al Estado sin que ello no tenga consecuencias, una democracia fuerte no admite que la corrupción la tenga que pagar el pueblo mientras que los corruptos andan por la calle de rositas y una democracia fuerte no admite partidos que una y otra vez han fracasado porque los ciudadanos que son los que votan no superan un coeficiente intelectual que les permita votar con una mínima base política adquirida tras una formación y una educación en unos colegios sin adoctrinamiento y sin manipulación de leyes educativas dirigidas a mantener a todo un pueblo en la minoría de edad. Una democracia así desde luego no es una democracia, es una tontocracia y ante eso ¿Quien no prefiere la meritocracia?
Carlos RH
Claro que el articulo nos hace reflexionar, vemos a diario quienes son nuestros representantes, quienes están al frente de esos aparatos de corrupción que son los partidos y vemos como se las apañan para que los mediocres estén en la cima y por tanto, la mediocridad ocupe la vida pública. El resultado no puede ser mas nefasto, la mayor tasa de paro de la OCDE, la mayor quiebra del sistema financiero, el mayor nivel de corrupción, los peores formados según el informe PISA etc... Pero ahí siguen porque les votamos.
Realmente la democracia se nos ha vendido como el gobierno de la mayoria, aquel que gana unas elecciones es el que hace y deshace. El mas tonto puede verse protegido frente a la critica mediante esa legitimidad que le otorga esa mayoría. Sin embargo, el resto del país no funciona como una democracia, las empresas no son democráticas, menos mal. Sus consejos de Administración no son expuestos a la votación de los accionistas ni de los trabajadores, sencillamente están los que se supone los mejores. En las fabricas las decisiones no las tomas por consenso, las toma el director de la fabrica, en cualquier deporte el consenso y la regla de la mayoria son perfectos desconocidos, salen a jugar los mejores, impera la regla de la meritocracia y por eso ganan los mejores. En cualquier ámbito de la vida donde se gana y se llega lejos no actúa la democracia, actúa la meritocracia.
Incluso en la propia democracia lo que se está poniendo de ejemplo es que el voto de un idiota y el voto de un premio nobel valen lo mismo ¿Que sistema que quiera alcanzar la perfección aguanta esto? Sin duda, la democracia es un sistema perfectamente inacabado y es ahí donde reside su grandeza porque nos permite construirlo día a día. Pero lo que entienden por democracia los actuales políticos es lo mas lejano a las tesis de los grandes defensores de la democracia. Una democracia débil y poco garantista es aquella que permite la autodestrucción de la propia democracia tal y como ocurrió con la democracia alemana que permitió que un tirano llegara al poder y la convirtiera en una maquina de terror. Por eso no debemos tener miedo a reforzar la democracia acabando con los conceptos buenistas que creen que la democracia debe ampararlo todo, admitir a sus enemigos, creer que los mas tontos tienen el mismo derecho que los mas listos y en definitiva caer en el igualitarismo que es el peor enemigo de la libertad y que hoy han traido de la mano los buenistas del régimen como dogma democrático en el que hay que creer ciegamente.
La democracia no admite perversiones de esa naturaleza, una democracia fuerte y duradera como la americana no contempla que a un asesino se le trate con paños calientes mientras que a la victima se la siente en el banquillo por protestar, una democracia fuerte no admite que una de sus regiones plantee un reto independentista al Estado sin que ello no tenga consecuencias, una democracia fuerte no admite que la corrupción la tenga que pagar el pueblo mientras que los corruptos andan por la calle de rositas y una democracia fuerte no admite partidos que una y otra vez han fracasado porque los ciudadanos que son los que votan no superan un coeficiente intelectual que les permita votar con una mínima base política adquirida tras una formación y una educación en unos colegios sin adoctrinamiento y sin manipulación de leyes educativas dirigidas a mantener a todo un pueblo en la minoría de edad. Una democracia así desde luego no es una democracia, es una tontocracia y ante eso ¿Quien no prefiere la meritocracia?
Carlos RH
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