Los "progres" españoles y los zapateristas fanáticos se han pasado los últimos años vociferando que Berlusconi es un fascista y que Italia es cualquier cosa menos una democracia avanzada, pero la Historia termina por imponer la verdad y por demostrar que Italia es una democracia decenas de veces más avanzada, decente y digna que la española, con controles a los desmanes de los políticos que España ni siquiera puede soñar.
Por lo pronto, la Fiscalía de Milán ha invitado al primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, a comparecer entre el 21 y el 23 de enero por el proceso en el que se le acusa de "favorecer la prostitución de menores" con la menor de edad marroquí Kharima Ruby el Maghroug y por extorsión.
¿Sería capaz la sometida y doblegada Fiscalía española de citar a Zapatero? Es impensable porque la española carece de independencia y de capacidad para hacer frente a los desmanes del gobierno. Su´s limitaciones y dependencias se han puesto en evidencia cuando los fiscales han perseguido con saña al presidente de la Comunidad Valenciana, sospechoso de haber recibido un regalo de tres trajes, mientras ha mirado para otra parte ante el enriquecimiento inexplicable de José Bono, presidente del Congreso y en otros casos de presuntas corrupciones de altos cargos socialistas.
La Fiscalía italiana investiga a Berlusconi por intentar ocultar sus relaciones con una prostituta menor de edad en las fiestas celebradas en numerosos fines de semana en su villa de Arcore. Ciertamente, que nosotros sepamos, Zapatero no organiza orgías con prostitutas, ni con sus amigas feministas y lesbianas, pero podría ser citado para responder de otras muchas irregularidades, todas ellas antidemocráticas y dañinas para los intereses de España, entre las que cabría mencionar las siguientes: mentir reiteradamente a los españoles, que en democracia tienen siempre derecho a la verdad; utilizar el dinero público para comprar votos y apoyos a su permanencia en el poder; haber impulsado personalmente un Estatuto catalán anticonstitucional; haber amparado a los rebeldes nacionalistas catalanes que se declaran insumisos ante las sentencias del Tribunal Constitucional sobre la persecución del idioma común español; haber arruinado a los españoles, despilfarrando sus riquezas y haciendo un mal uso del poder que los ciudadanos le han delegado; haber endeudado a España más allá de toda prudencia, hipotecando el futuro de varias generaciones; haber llenado las calles y plazas de España de tristeza, de pobreza, de desempleo y de desesperanza; haber convivido fácilmente con la corrupción, sin reaccionar, como era su deber, contra un mal que, durante su mandato, ha infectado a las administraciones públicas y también a la sociedad, etc., etc..
Por lo pronto, la Fiscalía de Milán ha invitado al primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, a comparecer entre el 21 y el 23 de enero por el proceso en el que se le acusa de "favorecer la prostitución de menores" con la menor de edad marroquí Kharima Ruby el Maghroug y por extorsión.
¿Sería capaz la sometida y doblegada Fiscalía española de citar a Zapatero? Es impensable porque la española carece de independencia y de capacidad para hacer frente a los desmanes del gobierno. Su´s limitaciones y dependencias se han puesto en evidencia cuando los fiscales han perseguido con saña al presidente de la Comunidad Valenciana, sospechoso de haber recibido un regalo de tres trajes, mientras ha mirado para otra parte ante el enriquecimiento inexplicable de José Bono, presidente del Congreso y en otros casos de presuntas corrupciones de altos cargos socialistas.
La Fiscalía italiana investiga a Berlusconi por intentar ocultar sus relaciones con una prostituta menor de edad en las fiestas celebradas en numerosos fines de semana en su villa de Arcore. Ciertamente, que nosotros sepamos, Zapatero no organiza orgías con prostitutas, ni con sus amigas feministas y lesbianas, pero podría ser citado para responder de otras muchas irregularidades, todas ellas antidemocráticas y dañinas para los intereses de España, entre las que cabría mencionar las siguientes: mentir reiteradamente a los españoles, que en democracia tienen siempre derecho a la verdad; utilizar el dinero público para comprar votos y apoyos a su permanencia en el poder; haber impulsado personalmente un Estatuto catalán anticonstitucional; haber amparado a los rebeldes nacionalistas catalanes que se declaran insumisos ante las sentencias del Tribunal Constitucional sobre la persecución del idioma común español; haber arruinado a los españoles, despilfarrando sus riquezas y haciendo un mal uso del poder que los ciudadanos le han delegado; haber endeudado a España más allá de toda prudencia, hipotecando el futuro de varias generaciones; haber llenado las calles y plazas de España de tristeza, de pobreza, de desempleo y de desesperanza; haber convivido fácilmente con la corrupción, sin reaccionar, como era su deber, contra un mal que, durante su mandato, ha infectado a las administraciones públicas y también a la sociedad, etc., etc..
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