Miguel Blesa es el prototipo de sinvergüenza español que lo primero que hace es buscar cobijo en el Estado con una oposición y a partir de ahí aprovechar los privilegios que otorga nuestra legislación a esta casta altiva, impune y endogámica que son los burócratas a los que se les permite todo, ir y venir de la política cuando les de la gana porque saben que no van a perder nivel ni categoría dentro de su estatus en ese nivel mas alto de la función pública. Algunos han pasado por su puesto como una primavera para después dedicarse toda su vida a la política frenando, como no, cualquier reforma que pudiera perjudicar al clan endogámico y poderoso al que pertenecen y que son el lastre de esta sociedad.
Miguel Blesa no es que haya robado es que se ha llevado el dinero a capazos, se ha cepillado a las empleadas a cambio de favores, ha derrochado el dinero de los impositores, ha estafado a los humildes preferentistas, ha llevado una vida digna de un sultán de las 1000 y una noches, cazando, conduciendo Ferraris, desayunando el mejor caviar, bebiendo el mejor Vega Sicilia y navegando con yate o velero con su concubina a bordo, ha comprado Bancos en el mismísimo Estados Unidos a precios por encima de su valor, mansiones en Florida por si acaso se dejaba caer por allí y en definitiva eso y mucho mas hasta quebrar una Caja que durante 300 años de existencia supo atender las necesidades de los mas desfavorecidos construyendo todo tipo de servicios para su atención, dando crédito para aquellos que querían iniciar un proyecto y haciendo como el resto de comarcas españolas que dependían de la Obra Social y crediticia de las Cajas, que el desarrollo de sus gentes y sus tierras conocieran la prosperidad. Todo, hasta la llegada de un golfo y de su banda de cómplices.
Pues bien, Don Miguel Blesa de la Parra sigue tomándose su aperitivo en los mejores chiringuitos de Sotogrande, haciendo sus compras en Londres, viviendo en su morada costeada con el dinero producto de su saqueo a la Caja, llevando una vida propia de un multimillonario mientras sus victimas están en la calle protestando o incluso como en el caso del juez que lo envío a prisión unas horas, siendo juzgado y probablemente apartado de por vida de la justicia.
Esto no es una pesadilla ni un mal sueño, esta es la realidad de lo que ocurre en España. Unos tipejos dedicados al saqueo de las instituciones son los que han pasado por la crisis creada por ellos como Jesucristo paseaba por encima de las aguas, increíble pero cierto. Un país donde a golpe de maza policial se echa de sus casas a familias con hijos de corta edad por culpa de la mala y delictiva gestión de estos golfos y tiene que aguantar como delante suya están pelando el marisco, bebiendo el vino y esperando a que le limpien el yate para salir a navegar. Y es que a este país para que se rebele hay que ponérselas como se las ponían a Felipe V, de lo contrario aquí no se mueve nadie y todo quedará como un mal sueño cuando llegue la hora de juzgar y no haya nada que juzgar porque a los golfos, sinvergüenzas, vividores, trepas y chorizos les espera un regalito de última hora: La prescripción de sus fechorias.
Carlos RH
Miguel Blesa no es que haya robado es que se ha llevado el dinero a capazos, se ha cepillado a las empleadas a cambio de favores, ha derrochado el dinero de los impositores, ha estafado a los humildes preferentistas, ha llevado una vida digna de un sultán de las 1000 y una noches, cazando, conduciendo Ferraris, desayunando el mejor caviar, bebiendo el mejor Vega Sicilia y navegando con yate o velero con su concubina a bordo, ha comprado Bancos en el mismísimo Estados Unidos a precios por encima de su valor, mansiones en Florida por si acaso se dejaba caer por allí y en definitiva eso y mucho mas hasta quebrar una Caja que durante 300 años de existencia supo atender las necesidades de los mas desfavorecidos construyendo todo tipo de servicios para su atención, dando crédito para aquellos que querían iniciar un proyecto y haciendo como el resto de comarcas españolas que dependían de la Obra Social y crediticia de las Cajas, que el desarrollo de sus gentes y sus tierras conocieran la prosperidad. Todo, hasta la llegada de un golfo y de su banda de cómplices.
Pues bien, Don Miguel Blesa de la Parra sigue tomándose su aperitivo en los mejores chiringuitos de Sotogrande, haciendo sus compras en Londres, viviendo en su morada costeada con el dinero producto de su saqueo a la Caja, llevando una vida propia de un multimillonario mientras sus victimas están en la calle protestando o incluso como en el caso del juez que lo envío a prisión unas horas, siendo juzgado y probablemente apartado de por vida de la justicia.
Esto no es una pesadilla ni un mal sueño, esta es la realidad de lo que ocurre en España. Unos tipejos dedicados al saqueo de las instituciones son los que han pasado por la crisis creada por ellos como Jesucristo paseaba por encima de las aguas, increíble pero cierto. Un país donde a golpe de maza policial se echa de sus casas a familias con hijos de corta edad por culpa de la mala y delictiva gestión de estos golfos y tiene que aguantar como delante suya están pelando el marisco, bebiendo el vino y esperando a que le limpien el yate para salir a navegar. Y es que a este país para que se rebele hay que ponérselas como se las ponían a Felipe V, de lo contrario aquí no se mueve nadie y todo quedará como un mal sueño cuando llegue la hora de juzgar y no haya nada que juzgar porque a los golfos, sinvergüenzas, vividores, trepas y chorizos les espera un regalito de última hora: La prescripción de sus fechorias.
Carlos RH
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