Acorralado y sin salida porque la legalidad vigente impide que avance su proyecto de independencia, rechazado por muchos catalanes, por la mayoría de los españoles, por los grandes partidos políticos y por la Unión Europea en bloque, Artur Mas busca desesperadamente provocar al gobierno de Rajoy para que suspenda la autonomía o le detenga a él por traición. Sus expertos le han dicho que solo de ese modo logrará alcanzar la masa crítica suficiente en Cataluña para que la independencia se logre mediante un acto de rebelión masiva.
Consciente de que el nacionalismo se nutre siempre del victimismo, Artur Mas y sus socios de ERC se sienten bloqueados, sin fuerzas para seguir avanzando y sin poder retroceder y renunciar a la consulta porque el electorado catalán los fulminaría por fracasados e incapaces.
Provocador, acaba de declarar que no cree que el gobierno tenga agallas para suspender la autonomía catalana por “los riesgos tremendos” que esa decisión comportaría para España. Pero la realidad es que la suspensión de la autonomía sería para él un "sueño" y su única salida política.
La situación es tan absurda y perversa que la única salida para los promotores de la secesión sería que el gobierno español perdiera los nervios y cometiera un error violento que generara indignación masiva en Cataluña.
Hay tres errores posibles, todos ellos soñados por los independentistas: la suspensión de la autonomía, la detención de los promotores de la secesión por alta traición o el envío a Cataluña de fuerzas militares con ostentación y amenaza.
Muchos juristas creen que las tres serían legales y estarían justificadas si los dirigentes catalanes se empeñan en seguir avanzando en contra de la constitución y de las sentencias de los altos tribunales, pero sobre todo estaría mas que justificada la suspensión de la autonomía, prevista en la Constitución para casos incluso menos graves que el que actualmente domina el panorama político en Cataluña.
Rubén
Consciente de que el nacionalismo se nutre siempre del victimismo, Artur Mas y sus socios de ERC se sienten bloqueados, sin fuerzas para seguir avanzando y sin poder retroceder y renunciar a la consulta porque el electorado catalán los fulminaría por fracasados e incapaces.
Provocador, acaba de declarar que no cree que el gobierno tenga agallas para suspender la autonomía catalana por “los riesgos tremendos” que esa decisión comportaría para España. Pero la realidad es que la suspensión de la autonomía sería para él un "sueño" y su única salida política.
La situación es tan absurda y perversa que la única salida para los promotores de la secesión sería que el gobierno español perdiera los nervios y cometiera un error violento que generara indignación masiva en Cataluña.
Hay tres errores posibles, todos ellos soñados por los independentistas: la suspensión de la autonomía, la detención de los promotores de la secesión por alta traición o el envío a Cataluña de fuerzas militares con ostentación y amenaza.
Muchos juristas creen que las tres serían legales y estarían justificadas si los dirigentes catalanes se empeñan en seguir avanzando en contra de la constitución y de las sentencias de los altos tribunales, pero sobre todo estaría mas que justificada la suspensión de la autonomía, prevista en la Constitución para casos incluso menos graves que el que actualmente domina el panorama político en Cataluña.
Rubén
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